Las Islas de Maui
Geológicamente hablando, las islas de la Polinesia son de origen reciente a excepción de las islas de Nueva Zelanda, que tienen un pasado que se remonta a millones de años. El largo aislamiento le ha permitido desarrollarse sin influencias externas, y, sin embargo, algunos de sus habitantes más inusuales, como el moa (un pájaro gigante que no vuela) y el tuatara (el único superviviente del grupo de antiguos parientes de los dinosaurios extintos) son parte de una herencia continental que indica que Nueva Zelanda una vez se unió a una masa de tierra más grande, tal vez parte del continente norte que incluía Australia y las islas que la rodean.
Sin embargo, la cultura polinésica cuenta leyendas que dicen algo diferente, hablan de un antiguo semidiós conocido como Maui-tikitiki-a-Taranga. La madre de Maui que ya tenía cuatro hijos Maui nació. Este fue un enclenque y debilucho niño al nacer, esta tuvo un enorme disgusto por la complexión de su nuevo vástago y sin dudarlo, Taranga lo arrojó al mar envuelto solo con el moño de su cabello.
Tangaroa, dios del mar, se encontró con este pequeñajo, lo recogió y lo acunó en un nido de nutridas algas, lo cuidó con mucho mimo hasta que se convirtió en un gran muchacho. Entonces Tangaroa llevó a Maui de regreso a la playa y lo dejó en un lugar cercano de donde vivía su madre.
Taranga se encontró con su hijo, lo que la llenó de gran alegría e inmediatamente lo aceptó de nuevo en su familia, dándole el nombre de Maui-tikitik-a-Taranga porque le había sido devuelto el moño de su cabello.
Las aventuras de Maui llenarían un libro que recorren toda la Polinesia, y se le atribuye el mérito de proporcionar la mayoría de las cosas que son indispensables para la vida de todos los maorís, incluso en la actualidad.
Con gran habilidad y perseverancia descubrió el fuego y cómo se podía encender y controlar. Esto fue posible porque viajó lejos hacia el este y atrapó el sol con una gran red y lo golpeó sin piedad para conseguir que nuestros días sean tan largos como son. Hasta entonces, el sol cruzaba el cielo rápidamente haciendo presencia la noche.
Fue también un pescador de renombre, y fue con estas habilidades que Maui, sacó de las profundidades del océano peces maravillosos que, una vez capturados, se convirtieron en tierra firme. De esta manera, los peces de los pantanos de Te Ika a Maui (la isla norte de Nueva Zelanda), Tonga, Rakahanga (en el norte de las Islas Cook), Hawaï y otros cercanos, fueron arrastrados a la superficie y fijados en las posiciones que ahora ocupan, construyendo lo que hoy conocemos como Polinesia e Islas del Pacífico Sur.
Kia Ora te lleva a Oceanía
Ester Saumell Fernandez
16 abril, 2021 at 12:21 pmBonica història, preciós paissatge, encertada música!
També vull anar!